La salsa bechamel o salsa blanca es una de las salsas madre en la cocina clásica. Tiene múltiples usos y puede ser usada como base para diferentes salsas o preparaciones.
En una olla ponemos la leche con la cebolla y el clavo de olor, calentamos a fuego bajo, revolviendo ocasionalmente hasta que comience a hervir. Apagamos el fuego y dejamos enfríar.
Colamos la leche y desechamos la cebolla y el clavo de olor
Reservar.
En una olla derretimos la mantequilla a fuego bajo, agregamos la harina y cocinamos revolviendo enérgicamente unos minutos hasta que se forme una bola.
Agregamos la leche templada de a poco, batiendo enérgicamente con un batidor de mano (de alambre) para evitar que se formen grumos, hasta tener incoporada toda la leche.
Condimentamos con sal y pimienta a gusto y cocinamos a fuego suave por aproximadamente 45 minutos, hasta que la salsa esté espesa y no tenga sabor a harina cruda.
En caso de que se hayan formado grumos filtramos la salsa nuevamente.
Si a ustedes les gusta mucho la salsa blanca hay un truco que yo hago.
Hago mucho roux, 250 gramos de mantequilla por 300 gramos de harina, y una vez que la mezcla esta fria, formo una especie de bastón con la masa, lo envuelvo en papel plástico y lo congelo. Así cada vez que quiero hacer salsa blanca ( o espesar cualquier cosa, ya que el roux sirve para espesar salsa y sopas). Simplemente rallo un poco de roux con el rallador (la parte que uno ralla las zanahorias) y lo mezclo con la leche.
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