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La mermelada de damasco es un delicioso clásico que a todos les encanta, prepararla es mucho más simple de lo que crees.
Lavamos los damascos, los secamos bien y les retiramos los cuescos. Reservamos unos 4 o 5 cuescos de cada kilo de fruta.
Pesamos los damascos y los echamos en una olla. Agregamos el mismo peso de azúcar que de fruta lista. Agregamos los cuescos a la olla.
Si les gusta que la mermelada quede con trozos enteros de fruta tapen la olla y déjenla reposar durante la noche; Si prefieren que la mermelada sea una «pasta» más homogénea pueden comenzar a cocinarla de inmediato.
Cocinamos la mermelada a fuego medio revolviendo ocasionalmente hasta que comience a hervir, en ese momento bajar el fuego al mínimo, y continuar cocinando y revolviendo ocasionalmente hasta tener la textura de mermelada (que este de punto). Para ver el punto de la mermelada existe muchas maneras, yo les explicaré 2 formas que son similares, en un plato extendido ponemos una cucharada de mermelada y dejamos enfriar sin mover a temperatura ambiente, cuando la mermelada esté fría para ver el punto podemos a) espolvorear azúcar granulada sobre la mermelada, si esta no se hunde la mermelada ya esta de punto o b) pasamos el dedo índice por la mitad de la mermelada, si la mermelada no se vuelve a juntar completamente es que está bien de punto.
Si consumiremos la mermelada pronto, la envasamos y cuando este fría la refrigeramos tapada. Si queremos guardar mermelada para el año tendremos que esterilizar frascos de vidrio y sellarlos al vacío, existen varias maneras de hacer estas cosas, pero yo les explicaré la manera que me parece más simple: En una olla con abundante agua fría sumergimos completamente los frascos y tapas de vidrio, los hacemos hervir a fuego fuerte, los dejamos hervir 3 minutos y apagamos el fuego. Con mucho cuidado y con la ayuda de unas tenazas sacamos los frascos y tapas del agua y los dejamos estilar boca hasta que estén secos. Los rellenamos con la mermelada caliente, los tapamos con la tapa lo más apretada posible y con un paño los damos vuelta para que queden con la tapa hacia abajo, Si los frascos estuvieran mal cerrados veríamos pequeñas burbujas subiendo en la mermelada. Dejamos enfriar completamente los frascos boca abajo, los lavamos y etiquetamos (recuerden poner la fecha)
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